Proyectos futuros



Por desgracia para mí, escribo bastante más despacio que las ideas que rondan por mi mente. Tengo que ponerme bloqueos a mí misma cuando empiezo a imaginar, porque tiendo a saturarme y soy incapaz de tener demasiados proyectos a la vez. Sin embargo, tampoco puedo estar únicamente con uno porque me aburre y me acaba cansando. Así que, como punto medio, suelo hacer algo así:
  • Un proyecto principal: es en el que trabajo y escribo con más asiduidad.
  • Un proyecto próximo: es el que escribiré cuando termine el anterior. Dejo que mi mente vaya imaginando escenas, personajes y situaciones. De vez en cuando escribo, pero intento limitarme para no dejar apartado el principal.
  • Un proyecto lejano: que será el siguiente. Como mucho imagino personajes y ambientación, pero nada sobre escritura, ni hacer esquemas ni nada.

Y si se me ocurren más ideas, apunto algo muy genérico y no vuelvo a pensar en ellas. Como he dicho, soy muy lenta escribiendo, más que nada por falta de tiempo, así que, ¿para qué tener proyectos a años de distancia? Prefiero ir terminando los que tengo.

Así que, basándome en mi método de creación, actualmente esta es mi situación:

La tercera y última parte de la trilogía Los Fragmentos del Destino, titulada El sacrificio. Una vez termine de escribirla y corrija toda la saga, continuaré con lo siguiente.

Distopía: llamada así por la sencilla razón de que aún no tiene título. Va a suponer un gran cambio pasar de un mundo medieval a uno distópico, pero tengo ganas de envolverme en él. Está pensada para estar dividida en dos partes, aunque quizá cuando empiece a escribirla me pida otra cosa. Helia, la prisión experimental de uno de mis relatos, formará parte de este mundo.
Os dejo un pequeño fragmento de la novela.

Cada mil años, el Morador de los Cielos despierta de su letargo para comenzar lo que nosotros conocemos como La Purga. Recorre Garia de norte a sur, purificando la única zona habitable. Solo los elegidos consiguen salvarse de ese fatal destino y a ellos se les encomienda el renacer de la civilización. Cuentan para su propósito con las Escrituras; fragmentos dejados por los Antiguos que detallan el avance del Morador con la  intención de conseguir un nuevo mundo más fuerte, capaz de resistirlo.

Residen en el Núcleo, única ciudad de Garia donde aún existe la vida humana. El resto del continente es un lugar tan desconocido como peligroso. Tan sólo la Hermandad del Ojo Lunar y la Compañía Sin Nombre osan adentrarse en esos inhóspitos terrenos.

Mi nombre es Aidith. Vivo en el año 6995 de nuestra era. El Morador se acerca y una muerte asegurada me espera en el Núcleo.
Supongo que podría decirse que estoy metida en serios problemas.

Fantasía épica: llamada así porque, efectivamente, tampoco tiene nombre.

Sé que dije que me gustaba cambiar de género, pero también dije que creía haber encontrado el que más me gustaba. Y es este. 

Aún no tengo nada escrito ni desarrollado, así que poco puedo contar al respecto. Sucederá en Nemeria, un extraño mundo fantástico que guarda una maldición. Existe una cordillera en forma de aro, abierta tan solo por un extremo, que sirve de separación natural entre dos mundos. En su interior: el Reino de la Luz. En su exterior, una oscuridad mágica domina el terreno a cualquier hora, volviendo hostiles a las criaturas que allí habitan y convirtiéndolo en un lugar desconocido y peligroso.

Contará la vida de Farah, una chica solitaria que se gana la vida como mercenaria. La gente la repudia porque conocen su maldición: en su interior alberga la misma oscuridad que invade los exteriores.

Su vida cambiará drásticamente cuando conozca a un hombre dispuesto a darle una oportunidad, y le intente demostrar que su oscuridad solo es una maldición si ella deja que lo sea. Pero también puede ser la luz que salve al reino de los peligros que se ocultan fuera.

5 comentarios:

  1. No sabés LAS GANAS que tengo de leer todo. TO DO.

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    1. Uf, queda, queda... jajajaja Pero bueno, algún día!

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  2. Madre mía!! Espero que ese día no esté tan lejano, porque muero de ganas de leer todo eso.

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  3. SIGO TENIENDO MUCHAS GANAS DE LEER TODO, MARÍA, HACÉ ALGO

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